Fiestas españolas
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Los españoles son festivos por naturaleza, perfectamente capaces de convertir una reunión familiar en un fin de semana de bacanal. Sin embargo, el gran número de ceremonias y festivales que acontecen a lo largo del año en el país no tienen un origen tan familiar, y tienen más relación, sin embargo, con la rica diversidad de actividades religiosas y económicas que dieron lugar a un buen puñado de tradiciones diferentes. Por ello, tanto si los realizas durante el invierno, la primavera, el verano o el otoño, tus viajes por España seguro que coinciden con, al menos, uno de los muchos festivales en el abarrotado calendario cultural del país.

De lo Sagrado a lo Pagano

En efecto, son las festividades religiosas las que destacan sobre cualquier otra forma de celebración en la mayoría de las fiestas españolas. En concreto, el marcado culto a la figura mariana suele ser la excusa perfecta para montar un intrincado plan de festividades en torno a una procesión o serie de procesiones donde los iconos de la Virgen María (y, en ocasiones, otros iconos católicos como los santos patrones o el Niño Jesús) son llevados en procesión a través de las calles de ciudades y pueblos con el propósito de, por un lado, presumir de la rica decoración, atuendo y artesanía del propio icono, y por otro, embarcarse en una expresión popular y compartida de devoción por la figura.

Sin embargo, si bien es cierto que las procesiones religiosas y el fervor por las festividades católicas es la norma a lo largo y ancho del país, esto no anula la posibilidad de celebrar ritos más mundanos, e incluso paganos, con la misma intensidad, si bien su número es mucho más reducido. En efecto, son muchos los casos en los que las tradiciones pagana y católica han confluido, a raíz de una inteligente y oportunista estrategia de la iglesia católica, que se solía apropiar de festividades disfrutadas en masa por gran parte de la población, dándoles una connotación piadosa que promovía la continuación de la tradición establecida a la vez que condenaba el contexto original de la ceremonia.

Don Carnal y Doña Cuaresma

Más aún, hay ocasiones específicas (y contundentes) en las que las tradiciones piadosas o religiosas se ven retadas por aspiraciones vitales menos trascendentales. El caso más claro de un enfrentamiento cara a cara entre ritos profanos y tradiciones sagradas es, por supuesto, el carnaval. Oficialmente consentido por ola iglesia como un día de indulgencia previo a las extremas privaciones de la Cuaresma, las celebraciones en torno al carnaval pronto alcanzaron niveles más allá de lo permitido, tanto en su extensión como en su naturaleza. Dentro del calendario festivo español éste es uno de los eventos principales.

spanish festivals
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Con una tradición milenaria, el carnaval se ha celebrado es España desde la Edad Media temprana, cuando el escenario proporcionaba la excusa perfecta para armar un buen jaleo en el contexto de la liturgia, e incluso en las dependencias de la iglesia. Por esto, una de las más antiguas funciones dramáticas en la historia del teatro español (y de la literatura) consiste en la representación de la lucha entre Don Carnal, que representa los deseos terrenales relacionados con la carne y el placer (y, por tanto, "de este mundo"), y Doña Cuaresma, normalmente representada como una frígida mujer mayor que vive con pasión la vida piadosa que le garantizará la entrada en el "otro mundo".

Aunque las formas modernas de celebración de los carnavales tienen poco que ver con las tradiciones medievales, continúa siendo un evento tremendamente popular con unas raíces muy profundas en varias comunidades, donde la pintoresca ocasión se convierte en el centro de atención de la temporada de fiestas. Ése es el caso, por ejemplo, de Tenerife, donde el internacionalmente famoso Carnaval es el segundo de importancia después de Brasil. De igual manera, la fanfarria escenificada en Cádiz en torno a esta festividad es muy impresionante, lo que demuestra sin lugar a dudas la relevancia de esta antigua tradición en la cultura moderna de España.

Otras fiestas y cuidades españolas destacadas

Diametralmente opuesto al Carnaval en el espectro de fiestas españolas está la Semana Santa. Sagrada hasta la médula, esta es la celebración religiosa más importante del calendario, muy por encima de la Navidad. La Semana Santa, que conmemora la muerte y resurrección de Cristo, suele durar una semana y se entiende como un periodo de meditación. Pero la reflexión no es, sin embargo, la actividad dominante en ninguna de las principales celebraciones que tienen lugar en España durante la Semana Santa, como la Feria de Abril de Sevilla, una de las fiestas más recomendables del mundo.

Huelga decir que los españoles no necesitan una excusa piadosa o irreverente como la resurrección de Dios o el rechazo de los asuntos religiosos para montar un gran jolgorio. De hecho, una gran parte de las fiestas más famosas en el país tienen su base en tareas mundanas, pero con una gran carga simbólica. Una de ellas se relaciona con la vendimia de uva y la creación de vinos -una actividad eminentemente comercial que, sin embargo, ha tenido una importancia enorme para muchas regiones españolas. De igual manera, existen eventos anuales por todo el país que celebran la figura del toro de distinta manera, normalmente de forma violenta o peligrosa, reafirmando el estatus emblemático del animal en la cultura española.

De la jovial Feria de Abril de Sevilla a los caóticos encierros de Pamplona, las fiestas españolas van de lo regional a lo nacional, de un día a semanas enteras, de actividades festivas a solemnes procesiones, y todas las variedades entre medias. Estas fiestas proporcionan al visitante un maravilloso despliegue de tradiciones y cultura. Más aún, nuestras escuelas Enforex, ubicadas en las ciudades más activas culturalmente de España, abren todo el año; de esa manera puedes aprender español mientras experimentas las increíbles fiestas españolas.