Jesús de Aragón y Soldado
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Jesús de Aragón y Soldado, el “Julio Verne” español

En otro artículo os hemos hablado sobre la ciencia ficción españolay hemos citado al que se conoció como el “Julio Verne español”, Jesús de Aragón y Soldado. Tristemente hoy es alguien desconocido, pero sirvan este texto como reconocimiento a si figura.

Nació en 1893 en Valsaín (Segovia). Con apenas seis años y a causa de la muerte de su padre se trasladó a Madrid, donde tendrá su primer contacto con la literatura de una manera poco usual: debido a su bonita caligrafía contribuiría a la economía familiar copiando libros a mano. Adquirió así una vasta cultura que le permitió progresar rápidamente en sus estudios y acceder fácilmente a la carrera de ingeniería.

Pero también tenía su vena literaria: comenzó a escribir en un periódico de Madrid artículos de tema científico que dejaban ver cierta cadencia “verniana”. Por lo que sabemos este estilo llamaría la atención de un editor que le contrataría  para arreglar y reelaborar el texto de la mítica novela La torre de los siete jorobados, idea del bohemio autor Emilio Carrere.

Jesús de Aragón

Jesús no obtendría ningún reconocimiento por su aporte a la novela pero el asunto se arregló prometiendo a de Aragón la publicación de dos novelas de corte fantástico. Gracias a ese acuerdo aparecieron Viaje al fondo del océano y Cuarenta mil kilómetros a bordo del aeroplano «Fantasma» (como sus títulos indican, obras muy influenciadas por “Los viajes extraordinarios” de Verne).

A partir de este momento iría alternando sus obras fantásticas con otras dedicadas a la contabilidad. Uno podría pensar que Aragón tuvo una buena fuente de ingresos debido a sus escritos… pero la realidad es que tenía que simultanear su vocación con otros dos trabajos administrativos. Convertirse en el “Capitán Sirius” o el “Coronel Ignotus” – los pseudónimos que usaba para escribir – lo dejaba para las noches.

Su obra fue prolífica, hasta casi llegar a las 20 obras, y entre ellas destacan Una extraña aventura de amor en La Luna en la que se descubre que nuestro satélite no es otra cosa que un pedazo de la Tierra ¡en la que viven enfrentados descendientes de mayas y atlantes!; y La sombra blanca de Casarás, una intriga histórica en la que no faltan templarios y brujería y de la que, por cierto, se cree culpable de algunas de las leyendas sobre tesoros que aún circulan por la sierra de Guadarrama.

El escritor dejó su actividad literaria en 1964 y apenas sabemos algo de él hasta su muerte, en  1973. Sus obras se llegarían a traducir al francés y al húngaro, también recibirían críticas elogiosas en Estados Unidos. Pero aquí no dejarían de ser un entretenimiento pasajero para lectores jóvenes. Una circunstancia trágica porque sus obras están descatalogadas y, aunque nos gustaría dar un repaso a cada una, no nos queda más espacio. ¿Qué podemos decir a los lectores interesados? Quizá que busquéis bibliografía en Internet sobre el autor y os aventuréis en las librerías de viejo. Esperamos que tengáis la suerte de disfrutar de este autor.