Costumbres extranjeras de navidad en España
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Tradiciones navideñas extranjeras adoptadas en España

La Navidad es una celebración global: todos sabemos perfectamente por las noticias cómo son las principales capitales mundiales en estas fechas, nos hartamos de ver películas de todas nacionalidades sobre el espíritu navideño y, por supuesto, las grandes superficies comerciales se llenan de productos de otros países, dispuestos a convertirse en la “nueva tradición”. Así, ¿cómo no vamos los españoles a adoptar costumbres navideñas de otros países?

Ya hemos hablado en varias ocasiones de la gran polémica que existe acerca de si es mejor que los regalos de los niños sean cargados por Papá Noel o por los Reyes Magos; pero la cuestión va más allá y podemos encontrarnos con tradiciones “de toda la vida” con un origen internacional.

¿Por qué, por ejemplo, han triunfado los panettones en España? Aparte de por la gran cantidad de enamorados de la cultura italiana está el hecho de que hay más españoles de los que parece que no gustan del turrón o los polvorones. Dicho sea de paso, también hay grandes perdedores, como el Christstollen alemán, que lo intentó un año pero resultó demasiado seco para el paladar español.

Un asunto con una particular problemática en esta cuestión es de la poinsetia. La llamada “flor de Pascua” tiene su origen en México y fueron frailes franciscanos los que la usaron como decoración navideña por primera vez en el siglo XVI; sin embargo debe su popularidad y su denominación definitiva a Joel Roberts Poinsett, que fue embajador de EE.UU. en México entre 1825 y 1829.

¿Y el pavo? De un tiempo a esta parte vemos que esta especialidad abunda en las mesas -lo bien que puede maridar el pavo con los langostinos es un misterio -; pero lo curioso es que, aunque algunos pongan el grito en el cielo, no vino de EE.UU., sino que fue el mismísimo Hernán Cortés el que lo introdujo en Europa desde América.

Nadie duda del árbol de Navidad como una auténtica tradición que, además, es práctica pues el abeto ocupa menos espacio que un belén. Pero habría que matizar que se trata de una tradición alemana: según cuenta una leyenda San Bonifacio lo eligió como símbolo del amor de Dios tras ver que sólo el abeto quedó en pie tras derribar un roble al que los germanos habían empezado a adorar.  Para colmo esta tradición no llegó a España hasta los años 20 del siglo XX, ¿cómo os quedáis al saberlo?

Uno de los villancicos más conocidos, o al menos uno de los más solemnes, es “Noche de Paz”. De hecho es uno de los más usados en anuncios y especiales navideños españoles; pero hay algo que debemos aclarar: aunque los villancicos son de origen español, precisamente “Noche de Paz” es de origen austríaco y fue compuesto por Joseph Mohr y Franz Gruber, dos amigos que tuvieron que improvisarlo como pieza de guitarra porque el órgano de su iglesia se había roto.

Aquí lo tenéis: la navidad lleva siendo internacional más tiempo del que pensamos.