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Las rebajas y la cuesta de enero

Terminada la Navidad la agenda de los españoles queda marcada por dos fenómenos, las rebajas y la cuesta de enero. Ambos son efecto de los excesos económicos de diciembre.

¿Pero en qué consisten? Comencemos por la cuesta de enero dado que las rebajas podrían ser consideradas consecuencia de esta.  Tras el gasto en regalos, cenas y lotería las cuentas corrientes de los españoles quedan algo mermadas en enero; el consumo cae y se procura aguantar con lo básico hasta la llegada de la nómina de febrero. Imaginad a alguien cansando, subiendo una rampa muy empinada de kilómetros de longitud y tendréis una imagen magnífica de lo que es.

No se sabe si para ayudar a los ciudadanos o para hacer caja durante estos difíciles momentos llegan las rebajas, un periodo comprendido entre enero y marzo en el que las tiendas venden sus productos a precios reducidos; un época que se ha convertido en todo un fenómeno social, que suele ser portada de periódicos así como noticia de cabecera en informativos y que deja imágenes de multitudes esperando a que los grandes almacenes abran.

La temporada de rebajas es fundamental para tiendas, boutiques y grandes almacenes.  De hecho hasta un 20% de la facturación anual de los comercios depende de este periodo. Sin, embargo, pese a ser un fenómeno auténticamente español su origen está justamente al otro lado “del charco”.

Las rebajas nacieron en Estados Unidos durante la época de la Gran Depresión con la intención de que el stock sobrante de navidades fuese despachado con rapidez e hiciese hueco en las estanterías a nuevas colecciones. Varios años después dos primos asturianos que habían emigrado a Cuba vieron el potencial de la práctica para la dura España de posguerra. Fue un éxito inmediato y, además, perdurable.

De hecho muchas grandes superficies aprovechan para organizar temporadas de descuentos cada poco tiempo, si bien es cierto que la denominación “rebajas” queda sólo para las de enero y, recientemente, para las de junio. El resto pueden ser “semanas increíbles”, “días dorados”, “jornadas sin impuestos”... pero no tienen tanta fama ni, seremos sinceros, ni tantos adeptos como las rebajas auténticas.

Por cierto, si estáis en España durante el invierno no dudéis en pasaros un día por un gran almacén. Además de vivir una de las “tradiciones” más populares del país podréis llevaros algún recuerdo a precio de ganga.