Leyendas Gastronómicas
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Leyendas en torno a la gastronomía española

Nuestra gastronomía es legendaria, pero también hay muchas leyendas en torno a ella. Os vamos a mencionar algunas de ellas.

Horxata

¿Por qué la horchata se llama así? Cuenta la leyenda que Jaime I de Aragón, apodado “el Conquistador”, llegó un día a las tierras de una campesina y le pidió algo de beber. Ella le dio a probar un líquido lechoso elaborado con chufas de su huerta, del que ella dijo que era “leche de chufa”. Al sentirse reconfortado tras beber el sabroso y refrescante líquido el rey habría exclamado en valenciano “Això no es llet; Això es or, xata” (en español “Esto no es leche; esto es oro, chata”).

Las famosas tapas, según se dice, tienen un origen más reciente. A principios del siglo XX el rey Alfonso XIII hizo una visita a Cádiz y paró en una venta para pedir una copa de fino. Al momento se levantó una ráfaga de viento y el encargado de la barra, para evitar que el vino se llenase de arena transportada por el viento, tapó la copa con una loncha de jamón. Al rey le hizo gracia la idea y pidió una segunda copa de fino que también tuviese “una tapa” (recordad que, literalmente, tapa significa “pieza que cierra un recipiente”.

tortilla-patatas

Otro de los sencillos manjares de la cocina española es la tortilla de patatas. Dicen por ahí que la receta nació en 1835, durante la Primera Guerra Civil Española o Guerra Carlista: el general carlista Zumalacárregui habría ordenado hacer algo con los pocos huevos y patatas que habían requisado los hambrientos sitiadores de la ciudad de Bilbao. Otros cuentan que nació en Badajoz en el siglo XVIII.

Pero la leyenda sobre gastronomía que se lleva la palma es quizá aquella que afirma que la cocina francesa nació de la nuestra. Nos explicamos: es bien sabido que tropas napoleónicas saquearon los archivos del monasterio de Alcántara (Cáceres). Pues bien, según cuenta la leyenda los franceses se habrían llevado de esos archivos varios tomos con recetas de cocina que se fueron difundiendo poco a poco en nuestro país vecino y que, con el tiempo, darían lugar al grueso de la distinguida gastronomía francesa. Una de las pruebas sería la existencia del consomé, conocido en la España del siglo XVIII como “consumado”.

En algunos casos no hay pruebas documentales que apoyen esas teorías, pero como se suele decir “si no es cierto está bien contado”, ¿y quién no disfruta con un buen relato a la hora de comer?